Una novela que indudablemente nos hace meditar acerca de los dramas existenciales que rodean a la figura de Jesús, atormentado por la culpa de José su padre, impaciente ante la figura de Pastor de quien poco conoce y quien todo conoce de el, pero su mas amarga pasión no es la de morir en una cruz, sino la falta de entendimiento ante los designios de Dios, su padre. Las escenas que presenta son siempre llenas de emotividad y del sabor que le imprime la figura de la mujer de Magdala. Unos paisajes nada alentadores pero llenos de espiritualidad que van dándole a nuestro personaje una enseñanza acerca de su vida. Una vida que no la vive, sino que esta marcada y decidida por su padre Dios quien haciendo uso de sus limitantes junto con Pastor, unen fuerzas para extender lo que conocemos como pueblo de Dios, fundado sobre la sangre de los mártires.
Una relato que no es tan fácil de digerir (en lo personal), pues presenta realidades tan apegadas a nuestro tiempo que nos incorporan a la meditación de las mismas.
Una novela atrevida, dramática, con mucho suspenso y cautivadora a la vez por el romance que contiene; debe de ser leída. Recomiendo este libro, yo solo pude terminarlo un año después de haberlo comenzado por primera vez, no estando preparado le retome meses después y ahora puedo decir como Pilatos. “LO ESCRITO, ESCRITO ESTA”

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